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En los pináculos de poder discuten sobre el crimen organizado en la capital sin darle información a una ciudadana dejada en la indefensión.  

Ricardo Monreal (del partido Morena) es delegado en la Cuauhtémoc. El 27 de abril habló ante el Seminario sobre Violencia y Paz de El Colegio de México. En esta delegación, dijo, hay actividades delincuenciales con olor a crimen organizado. Luego presumió de tener “claridad sobre el problema y sobre lo que se debe de hacer”, para luego lamentarse de estar maniatado y de carecer de facultades para enfrentar a los delincuentes. Miguel Ángel Mancera reaccionó con otro más de sus arrebatos de negación mientras que los diputados perredistas y la secretaria de gobierno, Patricia Mercado, exigieron a Monreal denunciar y demostrar sus afirmaciones.

En los estudios que hago sobre mafias y carteles he establecido cuatro etapas en la reacción de gobiernos y sociedades: negación, aceptación, elaboración de políticas e implementación. En los Estados Unidos, por ejemplo, Edgar Hoover (director del FBI entre 1924 y 1972) negó la existencia de la “mafia” hasta que, en noviembre de 1957, policías del estado de Nueva York sorprendieron en Appalanchin una cumbre de 24 familias mafiosas. Tras el escándalo vendría la aceptación del riesgo y los tres niveles de gobierno se lanzaron contra las familias que terminaron fragmentadas sin que con ello eliminaran al crimen organizado.

En México lo negaron durante décadas. Esto cambió para 2006, cuando Felipe Calderón declaró la guerra al crimen organizado con una estrategia pésima y un desorden monumental. “Haiga sido como haiga sido”, la federación ya reconoció al problema y tiene una estrategia mediocre; un buen número de gobernadores y presidentes municipales hacen lo que se les ocurre. En la Ciudad de México, Mancera se atrinchera en la negación mientras los carteles crecen y consolidan su presencia. Sustento con evidencia mi afirmación.

Uno. En julio de 2015 la Drug Enforcement Administration (DEA) actualizó sus estimaciones sobre los territorios mexicanos donde el crimen organizado tenía una “presencia significativa o creciente”. Según la DEA, en la capital actúan los carteles de Sinaloa, el Golfo, los Beltrán Leyva, los Zetas y los Caballeros Templarios.

Dos. En lo que va del sexenio el Gobierno Federal ha canalizado 466 millones de pesos para combatir un problema inexistente para Mancera. La Subsecretaría de Prevención y Participación Ciudadana de la Secretaría de Gobernación ha canalizado esos fondos para trabajar en los Polígonos de Riesgo (territorios con “alto nivel de delincuencia y peligrosidad”) de cinco delegaciones capitalinas: Gustavo A. Madero, Iztapalapa, Venustiano Carranza, Álvaro Obregón y Cuauhtémoc.

Tres. De acuerdo con cifras oficiales entre 2011 y 2015 la capital tuvo más homicidios por cada 100 mil habitantes que Guadalajara y Querétaro. Un porcentaje de estas muertes siguen métodos comunes en el crimen organizado. Es el caso con los dos jóvenes descuartizados que aventaron este lunes en Tepito.

Cuatro. Algunos medios de comunicación aportan constantemente piezas del rompecabezas delincuencial. Arturo Sierra ha documentado en Reforma que la falta de una estrategia ha facilitado el crecimiento de la Unión Tepito que en siete años se ha convertido en la fuerza dominante del tráfico de droga. La Unión también vende franquicias para que se utilice su nombre, ejecuta, extorsiona y cobra derecho de piso a comerciantes.

En El Colegio de México Ricardo Monreal nos dio a probar la enorme cantidad de información que tiene sobre los patrones delincuenciales en la Cuauhtémoc. Dos días después Patricia Mercado le reprochó que litigara esos temas en público. ¡Qué actitud tan retrógrada! La seguridad es un tema que interesa a todos y la manera cómo ocultan información detallada es un indicador de su incapacidad como gobernantes y del desprecio que tienen hacia la ciudadanía. En lugar de reprocharnos nuestro mal humor que nos hablen con claridad.

Morena dice ser diferente. Que sus delegados lo demuestren explicando lo que pasa en los territorios que gobierna. Ricardo Monreal debe informar sobre lo que va pasando en las calles y centros comerciales de la Cuauhtémoc, territorio que equiparó a una bomba de tiempo. ¿Cuántas otras zonas de la capital están en una situación parecida? Aunque Mancera lo niegue, en la Ciudad de México se infiltra el crimen organizado.

 

 

 

Información adicional

  • Por: : Sergio Aguayo
  • Fecha: 5 de mayo de 2016
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