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Don Ramón: “Sentirme capaz de debatir por el Río Sonora me hace sentir más libre.”

Estamos bajo la sombra de unos mezquites en una milpa de la familia de Francisca García, una de las compañeras más activas del Comité de Cuenca Río Sonora (CCRS) de Aconchi. Son las cuatro de la tarde, acabábamos de comer una suculenta carnita azada preparada en un asador improvisado con piedras a los lados y una parrilla, tal y como lo hacen los vaqueros que han trabajado en estas tierras toda la vida. Don Ramón es un hombre de más de 40 años, es comerciante en la comunidad de Aconchi y uno de los rostros más reconocidos de los CCRS.

 

En la milpa pasa una acequia que nutre el Río Sonora que no fue afectada por el derrame, su agua es un oasis en medio de la incertidumbre que existe por la calidad del vital líquido en la región. El ruido del agua que corre libremente nos invita a la siesta después de todo un día de trabajo comunitario y de haber preparado los alimentos que acabábamos de compartir. Pero aun así Don Ramón accede a una entrevista con nosotros para dar a conocer sus opiniones de lo que para él ha sido un proceso de empoderamiento y de aprendizaje en la defensa de sus derechos humanos después del  derrame del 6 de agosto del 2014, en el cual la mina de Grupo México arrojo 40,000 metros cúbicos de toxico mineros en las aguas de los ríos Bacanuchi y Sonora. En lo que ha sido el desastre ambiental más grande de la historia minera del país.

 

La jornada de trabajo organizativo para el CCRS esa mañana de sábado había comenzado a las 10:00 AM en la escuela de la estancia de Aconchi. Allí fue donde habíamos quedado de vernos para conocer el trabajo que llevan ya más de un año haciendo los CCRS, en el cual informan a otros afectados de los avances que se han tenido en los 8 amparos que han realizado contra las autoridades (SEMARNAT, CONAGUA y COFEEPRIS) responsables de asegurar que el daño hecho por la empresa, Buenavista del Cobre filial de Grupo México, sea resarcido como se promete sínicamente en la campaña mediática tiene el Fideicomiso Río Sonora.  En sus reuniones los CCRS también se organizan para ver las acciones que van a realizar con otras organizaciones sociales que están preocupadas por la cuenca del río Sonora y los afectados por el derrame. Las reuniones del CCRS les sirven a los pobladores de la zona contaminada para mantenerse informados, organizarse en la toma de decisiones y sobre todo mantener una identidad como afectados por el derrame.

 

Don Ramón se sienta frente a mí y me pregunta si lo voy hacer famoso. Únicamente sonrío y le digo que hare lo posible, pero que no le prometo nada. Las personas afectadas por el derrame en el Río Sonora, en especial las de los CCRS, desconfían mucho de la prensa por como se ha manejado mucha de la información en torno a esta tragedia ambiental, en la cual los boletinazos oficiales han generado ruido y confundido a los afectados. Don Ramón se siente agradecido por la atención que le doy por querer entrevistarlo, y yo siento lo mismo por la confianza que tuvo en mí para hacerme intermediario de este dialogo que ahora les compartiremos:

 

Cuéntenos como veía usted al Río Sonora, ¿la importancia que tenía en su vida?

La situación antes de esta contingencia era muy distinta a la que hoy vivimos. Le puedo contar que en el consumo de agua acostumbrábamos a tomarla directa de la llave de hace muchos años, entonces viene esta contingencia y es uno de los factores, creo yo principales, en los que afectó el derrame. Consecuente mente empiezan a venir casos de enfermedades que nos cambio la vida de la comunidad, por lo menos así lo vemos en la parte en la que yo vivo. Para mí es muy importante hacer estas aclaraciones porque cada comunidad que componen la región del Río Sonora tiene sus propios problemas. La problemática por el agua si es general, pero los problemas que se suscitaron en la agricultura puede variar. Posiblemente en algunas comunidades hubo algunos cultivos más que en otras. En el caso especifico de mi comunidad, como integrante de estos comités, miraba que había una gran indiferencia entre lo que paso, lo que se vivió en el momento de derrame y obviamente la situación para nada se ha mejorado a la fecha.

 

El Río es también un lugar de esparcimiento, en donde se generan recuerdos, ¿en lo personal qué valor tiene para usted y para la comunidad esta cercanía con el Río Sonora?

El único lugar que existí. Antes de esa contingencia, para muchas familias en la cual se incluye la mía, el río era la parte que… bueno sustituía los lugares de esparcimiento de una ciudad. Antes de la contingencia era cotidiano ir al río con los hijos, con la familia, ir hacer una carne asada, convivir así con la familia. Con el derrame sucedió algo muy grave, porque para empezar se nos comunico tarde. Yo no soy estudioso de hidrología pero considero que una cantidad considerable de contaminantes estuvo corriendo casi 24 horas sin saberlo. Entonces yo quisiera imaginarme esta respuesta que estoy dando hoy, como lo  harían los primeros pobladores de esta contingencia, seguramente a alguna familia los agarró en el río. Porque insisto, es el único lugar que tenemos para la convivencia, para hacer fiestas y eso fue muy grave.

 

El asunto es que ahora persiste el mismo problema, aun que nos quieran decir los medios comunicativos, en este caso gubernamentales, que el río esta resarcido y que todo está como antes. Pos no sé, a mi me gustaría invitar a alguien del gobierno, algún responsable de esto, que corroborara lo que ellos dicen. Nosotros tenemos muchos testimonios de que esta peor la cosa que antes del derrame.

 

¿La gente ya no sale a pasear al río?

La gente no sale con la secuencia normal de antes. Posiblemente en algunos medios transmiten que aquí todo está igual que antes, pero yo quisiera tener un espacio para decirles que de las 24 mil personas que vivimos aquí ya no vamos con la misma confianza al río. Porque esto ya quedo marcado. Aunado a esto, los compromisos que se hicieron, porque hubo compromisos muy fuertes que se hicieron durante el derrame, ninguno se ha cumplido ha dos años del derrame. Entonces hay una incredulidad tremenda y por lo mismo muchas familias ya no disfrutan del río. Aparte agreguemos la marca Río Sonora, el golpe que esto fue para el turismo, porque aunque no sé cómo se lleven los registros de la afluencia de personas al río Sonora, yo les puedo asegurar que no es lo mismo que antes del seis de agosto.

 

Cuando recién sucedió el derrame, ¿usted que estaba haciendo? ¿Cómo vivió esos primeros momentos?

Realmente el derrame lo oficializaron el seis de agosto, pero este realmente empezó el cuatro de agosto. Por eso digo que hace falta alguien que pueda explicar esa cantidad de afluencia de liquido, que capacidad de recorrido pudiera haber tenido en 36 horas. A nosotros, cuando llega la noticia, nos agarra sin saber que era un derrame y no hubo una explicación y eso fue obviedad de los encargados de dar información. Después, por lo primero que optaron fue cerrarnos las tomas de agua. Ese fue el primer impacto que tuvimos como comunidad. En ese momento las personas adultas fueron las más afectadas, porque las agarrón en un momento en donde andar acarreando agua no es cosa fácil. Fue un caos porque en esa emergencia nos empezaron a atraer agua en pipas que al parecer agarraron a última hora. Hay muchos testimonios, como el mío de que el agua que nos daban no era apta ni para bañarse. Agarraron pipas a la primera y aquí hay que acarrear agua, por eso terminaron dándonos una muy sucia. Después, al siguiente día empezaron a traer agua embotellada, afortunadamente la unión de personas que viven fuera de la comunidad, en Estados Unidos, alguna dependencia de gobierno, nos empezaron a suministrar  agua embotellada. A la fecha este es uno de los problemas más graves que aún persiste, el estar consumiendo agua embotellada y obviamente los efectos a la salud que van progresando. En este segundo punto puedo decir que los primeros meses, lo puedo dar como oficial porque lo dijo una dependencia de gobierno (COFEPRIS), había entre 30 y 35 casos contabilizados, pero ahora ya se rebasan las 400 personas y el problema sigue y sigue. No es cierto lo que dice el señor Rodolfo Lacy Tamayo de que se ha resarcido el río, el río sigue contaminado.

 

En los primeros meses había operativos en los que les traían aguas en pipas, pero también se les daban otros beneficios y dividían a la población, ¿cómo vivió ese caos social y cómo eso afecto la convivencia en la comunidad?

Para empezar lo que sucedió no estaba planeado, la comunidad jamás esperaba un desastre de esta magnitud. En el tema social, las comunidades ribereñas, hablo desde Ures hasta Bacanuchi, estamos en un proceso de adaptación y vamos a hablar político, donde algunas personas, me puedo incluir, hemos aprendido a hablar con el gobierno sin importar el partido que este en el poder, porque el gobierno quien sea, es gobierno de todos. Entonces podemos decir que las autoridades en turno no se han sabido poner a la altura en ese tipo de situaciones.

 

Por otra parte, yo puedo asegurar de que si hubo distinciones, hubo gente excluida por ese tipo de situaciones. Pero yo no culparía en este caso a las autoridades en sí, yo insisto que ni estábamos preparados, ningún ayuntamiento tenía la infraestructura, ni la  capacidad, ni la logística para enfrentar algo de esta magnitud. Entonces es obvio que en nuestras comunidades, si al vecino le dieron un garrafón de agua y al del lado le dieron un galón en vez del garrafón, pues sí allí había un problema político, esto lo dimensionaban más. A pesar de todo esto, yo pienso que el agua embotellada como recurso fue bien repartida. El problema se viene con los famosos tinacos. Claro que fue una gran ayuda, pero allí si, como ciudadano del río Sonora vi una disparidad. No sé quien decidió quien debía y no debía tener, porque me tome la molestia de hacer un recorrido en mi poblado y miraba yo tinacos en solares baldíos. No sé qué criterios se usaron. Incluso si pasas por esos tinacos, están las torres solamente sin el tinaco porque no hubo los controles suficientes. A lo mejor la gente vendía los tinacos. Yo no puedo asegurar,  pero los tinacos no están en las torres, o se vendieron o quien sabe que pasaría.

 

En cuanto al resarcimiento que los directivos del fideicomiso prometieron, pues allí también fue un caos. En lo personal puedo decir que forme parte de una comisión en el municipio,  donde nos dieron la responsabilidad de estar palomeando en el buen sentido.  A mí como comerciante me pidieron que les diera mi opinión de los casos de comercio, para saber quiénes si y quienes no, pero yo no era quien decidía. Mi labor era ir y revisar expedientes. Todos, absolutamente todos los que estuvieron en nuestra mesa de trabajo pasaron al siguiente nivel. El asunto se viene cuando llega la fecha famosa de la lista que se hacían públicas en el ayuntamiento. Allí hubo muchas sorpresas de personas que nos dieron sus expedientes pero no aparecieron en las listas. Las personas que participamos nunca tomamos decisiones. Como ciudadanos, nuestra función, de acuerdo a lo que nos habían pedido, era ayudar a transparentar; pero en este caso estaba el señor Adolfo García Morales, quien era el delgado de gobernación, y ahora entiendo que solamente nos quisieron usar.

 

¿Usted cree que fue utilizado al momento de que el Fideicomiso les pidió ayuda en la distribución de los recursos?

Cuando empezamos  ver los primeros resultados del filtro que nosotros hacíamos hubo muchas sorpresas. En ese entonces nos coordinaba una persona, pero en cada municipio había un coordinador y personas que ayudaban en diferentes rubros como comercio, ganadería, agricultura y tomas de agua. Viendo aquella situación tan irregular, por lo menos en Aconchi así lo decidimos, les tuvimos que decir que no queríamos ser usados como carne de cañón y que en lo personal optamos por no seguir haciendo el juego. Tomamos esa decisión porque para nuestra comunidad nosotros éramos los responsables y no era así el asunto, porque después de nuestra revisión, que insisto y me apoyo del respaldo computarizado que hicimos en nuestra comunidad de todos los folders, nos dimos cuenta que hubo una manipulación y que nos hicieron perder mucho tiempo. Fueron unas jornadas enormes, de 8 de la mañana a 2 de la tarde, para que al final de cuentas mi trabajo solo le sirviera de comparsa. Cuando nos mandan llamar de Hermosillo ante los delegados responsables, el delgado del trabajo, el señor Wenceslao Cota Montoya, que ahorita es el delegado de gobernación; el señor Alfonso García Morales, que ahora es Secretario de Seguridad pública del Estado.  Ellos estaban trabajando políticamente ya en esto. Porque todo fue un desastre. Fuimos a Hermosillo y estuvimos frente al señor García Morales y el señor, no sé si simuladamente, agarraba el folder de la caja de Aconchi y allí empezaba a cuestionarlo, allí mismo decidía que pasaba y que no. El era quien tomaba las decisiones. Entonces nos dimos cuenta que nuestra opinión no contaba, porque ellos ya tenían planeado a quienes darle. Por eso a los 15 días nos deslindamos de eso.

 

¿Cree que el fideicomiso Río Sonora reparto dinero para dividir a la sociedad?

Exactamente.

 

¿Cómo es que conoce a PODER?

A raíz de la contingencia muchas personas extrañas se veían por el río, licenciados queriendo sacar provechos de esta situación. Claro que  a todos se les dio puerta en nuestras casas, obviamente por la novedad del asunto. Unos ofrecían bajarnos las estrellas, que los daños morales y así. Pero esta organización llega y nos enteramos que se dedican a asesorar en este tipo de situaciones. En lo personal a mí no me convencieron a la primera, pero en el transcurso del trabajo veo que era la mejor opción para enfrentar la problemática que nos aqueja. Antes de que llegara PODER ya se habían acercado del sindicato minero, había habido cosas públicas, en las que comenzaron a hablar. El caso es que nos llevaron a su guerra cuando se tomó Los Patos. En lo personal decidí retirarme de ese movimiento porque sinceramente el asunto de los mineros es laboral y el de nosotros pues no tiene nada que ver. Para mí hubo situaciones riesgosas.  Por eso me pareció que allí no, que esa no era la forma correcta.

 

En este lapso, durante 15 o 20 días, vuelven a llegar estos muchachos a la casa y empiezo a escuchar. Ya la experiencia de Cananea no me pareció, así que empiezo a manejar esto de los amparos, el dialogo y todo esto. Afortunadamente nos ha ido muy bien, porque tras el acompañamiento de estas personas hay un progreso bastante positivo, 8 amapros a dos años, uno de ellos ya favorable a la causa y pues alguno que otro también debe ser favorable.

 

¿Considera que ha habido un proceso de aprendizaje?

Definitivamente para mí ha sido un proceso de aprendizaje enorme. Nada más de pensar que cotidianamente, después de haber conocido a los jóvenes de PODER fuimos aprendiendo mucho, antes aunque sabía que existían los derechos humanos, no conocía bien cuales eran. Pero cuando se viene este suceso, vemos que son tan amplios los derechos y que no sabíamos cómo actuar.

 

En este año y medio que han trabajado los CCRS ha trascendido nuestro trabajo, aunque en las comunidades a veces no se den cuenta porque no sé ve a simple vista. Pero en el proceso de aprendizaje, compañeros han asistido a foros en varias partes donde ha habido un aprendizaje enorme. En lo personal yo acabo de asistir a uno en la ciudad de México, donde me di cuenta que estas cosas no nada más hay que verlas en el ámbito nacional, también se debe ver en el internacional porque el código penal mexicano tiene sus límites y gracias a las personas que conocí de otros países, estadounidenses, brasileños, chilenos que compartieron sus experiencias, que son de años, ahora regresó con una gran esperanza de que el problema del Río Sonora lo podamos resolver.

 

En cuanto a la idea de que debemos de exigir que el gobierno tenga que hacer todo, me he dado cuenta que no necesariamente,  porque el gobierno siempre está siendo manipulado. Quizás las grandes empresas como Grupo México tienen que ver con ellos, porque muchos amparos legales se detienen con obstáculos infantiles, como de cosas de niños. Un ejemplo de esto es lo de la otra vez, que tuvimos que ir a que nos reconocieran unas firmas, teniendo ya un antecedente con la credencial de elector y una carta de residencia. Son pequeñas trabas, que yo pienso que en un código penal más justo e imparcial no deberían de haber sido causa para movilizar gente muy adulta. Haber en que terminan estos amparos, pero la fuerza que están teniendo los CCRS y el proceso de aprendizaje que estamos teniendo, estamos rompiendo paradigmas que en nuestra región, nadie se imaginaba que algún día íbamos a estar haciendo básicamente por temores. Pero afortunadamente ese temor se ha venido desvaneciendo porque la ley nos ampara.

 

En este proceso en el que ha aprendido nuevos conceptos luchando por ellos, ¿qué importancia le da a transmitir el conocimiento que ha aprendido en el camino?

A mí me apasiona compartir lo que yo sé. Ahora que estoy adquiriendo muchos conocimientos, y claro buscaré el vocabulario porque son muchos términos que aun no digiero, pero como que tengo la capacidad de explicarlos y me va bien. Además siento una liberación en mi persona, de que lo que yo puedo hacer lo tengo que compartir y al compartirlo pues ayudo a que las personas se liberen también. Creo que entre más les comparta algunos conocimientos, algunos temores se les van a ir quitando, porque es falta de conocimientos. Nos han pisoteado por muchos años, nos hicieron creer cosas que no son y no teníamos la capacidad de enfrentar. Aquí es muy común el que nos amedrenten, de que si andas en algún movimiento no falta quien te critique. Pero yo ahorita me siento con la capacidad de enfrentar a quien quiera debatir sobre el tema relacionado con el río Sonora y eso me hace una persona más libre.

 

¿Qué cree que pueda pasara ahora que se está organizando y que están aprendiendo a adaptarse para enfrentar los problemas?

Lo que yo espero en mi persona es poder transmitir esta seguridad que estoy sintiendo. Una seguridad que hace dos años no la tenía y por lo cual no era capaz de decir que tengo derecho al agua, a la vida, y andaba sin saber qué hacer. Ahora tengo los argumentos para y la capacidad de transmitirlos a mi comunidad para que también entiendan que no necesitan ser profesionales para que se expresen con libertad. Las personas adultas tienen conocimientos enormes pero alguien se encargó de decirles que eso no se debía platicar. Pero cuando uno va con la intención de entablar la conversación con estas personas, la misma plática da para que te compartan cosas muy importantes.

 

Normalmente las personas aquí se empiezan a confluictuar sin siquiera llegar al problema. Pero a ahora varios compañeros hemos aprendido a manejar estas situaciones y algunas personas han entendido. Pienso que no vamos a tardar en hacer que entiendan todo esto de los derechos humanos, pero sobre todo esas violaciones tan enormes de empresas como esta minera, que aunque este distante un poco de nuestra población, si nos afectan. Tenemos que verlo como un acto humanitario donde las personas son violentadas y se sienten solas. Por eso es importante hacer reuniones, para entender y hacer que la gente comience a liberarse.

 

 

 

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