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VALENTÍN VALDÉS ESPINOSA

La gélida noche del periodismo en Saltillo

 

La noche del 7 de enero del 2010 fue una de las más frías en Saltillo ese año.

Pero no es por el frío que los reporteros de Saltillo la guardan en la memoria: En los últimos minutos de ese jueves, Valentín Valdés Espinosa, un joven reportero de 28 años, a quienes sus colegas recuerdan como reservado, meticuloso y entregado al periodismo, fue ultimado a balazos. Su cuerpo, golpeado y amordazado, fue dejado a la entrada del Motel Marbella con un letrero amenazante sobre el pecho.

El Motel Marbella había sido noticia desde el 29 de diciembre, cuando elementos del Ejército detuvieron en ese lugar a 12 integrantes del crimen organizado, entre ellos un supuesto operador del Cártel del Golfo. El caso y su seguimiento fueron cubiertos por Valentín para el periódico Zócalo.

Ese 7 de enero, unas horas antes de que sujetos desconocidos lo subieran a la fuerza a un vehículo junto con otros dos compañeros de trabajo, Valentín había cubierto una conferencia de prensa del gobierno municipal. Uno de sus compañeros reporteros llevaba un suéter ligero y temblaba de frío. Valentín se desprendió de su bufanda y se la dio a su amigo.

“Esa fue la última vez que lo vi”, recuerda ese compañero y amigo. Horas más tarde su jefe de información le preguntaría si podía enviarle una foto del cuerpo de Valentín y si sería capaz de reconocerlo, a lo que él se negó. “No hubiera querido quedarme con esa imagen”.

Valentín, el primogénito de tres hijos, nació el 12 de febrero de 1981 en Saltillo. Era, dice su madre, María del Carmen Espinosa, un niño muy introvertido, muy serio, con una sonrisa que tuvo desde que nació. “Era muy servicial, muy atento… Valentín era muy apreciado por mucha gente”.

Valentín se inició en el periodismo en El Diario de Coahuila en 1998. Su primera asignación fue la nota policiaca, en la cual se especializó en los siguientes años trabajando para Vanguardia, Palabra y Zócalo. Los reporteros recuerdan su celo por los detalles, el esmero que ponía en encontrar el dato que haría su nota diferente del resto. “No le gustaba dejar cabos sueltos, el último dato que amarraba era la clave de una buena nota”, dice Leticia Espinosa, amiga de Valentín y reportera en Zócalo. Otros recuerdan su ritmo incansable de trabajo. “Era una hormiguita. Siempre llegaba primero y se iba al último”, dice Rodolfo Cortes, editor de locales de Zócalo.

Valentín trabajaba jornadas de hasta 10 o 12 horas por día, pero eso no le impedía estar al tanto de su familia, en especial de su madre y de su padre, quien padecía una diabetes que le había provocado la amputación de una pierna y un brazo, así como insuficiencia renal.     

“Nosotros teníamos una situación difícil.. Mi marido estaba enfermo, teníamos su pensión y Valentín nos mantenía”, dice María del Carmen Espinosa.

Entre el 29 de diciembre y el 7 de enero, Valentín se dedicó a hacer el seguimiento del caso Marbella. La última nota que publicó, el mismo día de su muerte, se titulaba ‘Capturan a sicarios en el motel Marbella de Saltillo’ y apareció sin su firma. Relataba que un comando armado había irrumpido en forma violenta en las instalaciones del motel en busca de los videos de seguridad que mostraban la captura del comandante Cachorro y del Ricochet. La nota también indicaba que durante el operativo del 29 de diciembre, el Ejercito detuvo a 12 personas pero sólo había dado a conocer la situación de cinco.

Colegas y directivos del medio aseguran que Valentín nunca mencionó amenazas directas en su contra, antes o durante la cobertura de los eventos. “A mí en lo personal nunca me dijo que hubiera sido amenazado”, dice Sergio Cisneros, editor del periódico Zócalo.

María del Carmen no puede hablar sin resentimiento acerca de la muerte de su hijo. Cree que los responsables del asesinato de Valentín fueron los directivos del periódico, cree que habían recibido amenazas y aún así enviaron a su hijo a la cobertura de ese evento sin brindarle ningún tipo de seguridad.

La Procuraduría de Justicia de Coahuila rechazó dar información sobre las investigaciones en torno al caso de Valentín argumentando que la investigación sigue en curso.

Ninguno de los periódicos locales, incluido Zócalo, dieron seguimiento al tema.

Dos años después de la muerte de Valentín, María del Carmen Espinosa sigue buscando respuestas a la muerte de su hijo. En su sala ha puesto un fotomontaje que muestra las diferentes etapas de la vida de su hijo. “En todas las fotos aparece sonriendo… Así me gusta recordarlo, siempre con su sonrisa y con esas palabras de aliento que me daba cuando era necesario ‘mañana será otro día, mamá, mañana saldrá el sol’”.

Información adicional

  • Autor/a: Ana Lourdes Cárdenas
  • Bio autor/a: Editora de SomosFrontera en El Paso, Texas.
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