Victor Manuel Báez Chino: veinticinco años de experiencia que terminaron por una guerra
El día del sepelio de Víctor Manuel Báez Chino, sus compañeros reporteros apenas pudieron tomar fotografías. Escribieron sus crónicas con el rigor que exige el miedo y la autocensura. No querían más riesgos para nadie. “La familia pidió discreción”, escribió uno de ellos.
La Agencia Veracruzana de Investigaciones custodió primero el velatorio, después el cementerio Bosques del Recuerdo. La esposa y dos hijos del Gavilán, como le llamaban a Víctor, se abrazaban. También los reporteros que se atrevieron a ir. Le llevaron flores y música norteña. Sonaba el grupo Tornado que entonaba Un Puño de Tierra y El Periodista.
Víctor fue asesinado a los 46 años de edad. Tenía veinticinco años como reportero en diferentes medios de comunicación de Veracruz. La noche del miércoles 13 de junio de este 2012, un grupo armado se lo llevó justo cuando salía de su trabajo como editor de la página reporterospoliciacos.com La mañana siguiente su cuerpo fue encontrado en el centro de Xalapa, la capital del estado. A un lado, según la Procuraduría General de Justicia de Veracruz, apareció una cartulina firmada por el grupo criminal los Zetas: “Eso le pasa a quienes traicionan y se quieren pasar de listos”.
Era un tipo con suerte y de buen humor. Sergio González, subdirector de Milenio, El Portal de Veracruz, periódico donde también laboraba Víctor como editor de la sección Testigo, lo recuerda como un reportero responsable, trabajador y que siempre hacía reír a sus compañeros. “Era un excelente periodista, excelente reportero, no estaba haciendo una investigación en especial contra algún grupo, era una persona tranquila que vivía de una manera muy modesta, sencilla, no era una persona que se hubiera enriquecido”.
La suerte de Víctor había mostrado buena cara apenas una semana antes, el 7 de junio, día en que los periodistas locales festejaron, junto con el Gobierno del Estado, el Día Mexicano de la Libertad de Expresión. El gobierno de Javier Duarte Ochoa rifó entre los reporteros, autos y becas para estudiar en España. Víctor fue uno de los cinco que se llevó un auto Matiz a su casa.
Era “un periodista estimado y respetado por todos”, dijo Gina Domínguez, vocera del gobierno de Veracruz, al dar a conocer el asesinato.
Víctor era un reportero que cubría temas relacionados con seguridad pública, pero difícilmente abordaba al crimen organizado en sus notas. Así lo han hecho muchos reporteros que viven en las zonas de México con mayores índices de violencia. Es la nueva mordaza contra los periodistas mexicanos.
El 11 de junio, Víctor hizo una de sus últimas participaciones en el blog Reporteros Policiacos. Sus compañeras de micrófono daban cuenta de la desaparición de Stephanía Cardoso, una reportera de Saltillo. Él pasó reporte de unas mujeres que robaron a un comercio, la localización de tres vehículos robados, un estudiante ahogado, un choque vial y un intento de suicidio. Nada que pareciera ponerle en riesgo. Stephanía apareció viva el mismo día que apareció el cuerpo de Víctor. Según Proceso se convirtió en el noveno comunicador de Veracruz asesinado en el actual sexenio.
Sus amigos sospechan que Víctor tal vez presentía lo que le iba a pasar. El último mensaje que afirman que publicó en su muro de Facebook, les hace suponerlo: “No sé si en todos los países, pero al menos en México, en Xalapa, de nada sirve que hagas un millón de cosas buenas. Con una que hagas mal todo se va a la basura. Hoy es uno de esos días en los que no importa lo que digas o hagas, todo sale mal. De esos días que se te va el hambre, se van las ganas, se te van los planes y se te va todo de las manos. Son días de impotencia”
La Fiscalía Especial para Atención de Delitos Contra Periodistas, que depende de la Procuraduría General de la República, es la responsable de investigar el crimen contra Víctor. Se convirtió en el caso número 52 que integró la dependencia en este 2012.
