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YOLANDA ORDAZ DE LA CRUZ

 ¿Para qué le puede servir un periodista a los criminales?

 

Una semana antes de su asesinato, Yolanda Ordaz, periodista del diario Notiver, cuestionaba al Procurador General de Justicia de Veracruz, Reynaldo Escobar, sobre la falta de resultados en las investigaciones que la instancia a su cargo realizaba para esclarecer la muerte de Miguel Ángel López Velasco, Misael López Solana y, compañeros de Notiver asesinados el 20 de junio de 2011.

Yolanda Ordaz de 48 años de edad era originaria de Juchitán, Oaxaca. Sin embargo, se trasladó a Veracruz para estudiar periodismo en la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana. Desde sus inicios demostró talento y eso la llevó a encabezar por muchos años la sección de Sucesos del periódico Notiver. Una de las más importantes, ya que este diario se ha caracterizado por la cobertura periodística sobre temas de seguridad y delincuencia organizada.

El trabajo de Yolanda Ordaz se había incrementado en las últimas fechas, producto de la violencia que ha generado en Veracruz la disputa entre los Zetas y el cártel del Golfo. Ambas organizaciones se pelean por el control del tráfico de drogas, mercancías y personas. Violencia que había afectado al gremio periodístico de la entidad.

No obstante, Yolanda Ordaz había aprendido a convivir con el peligro. Tenía más de veintiocho años cubriendo la nota policiaca. Con esa misma misión, salió a reportear el 24 de julio de 2011. Ese fue último día en que sus compañeros y familia la vieron con vida. Yolanda era madre de dos niñas.

La desaparición de Ordaz causó alarma en la redacción de Notiver, pero poco y nada se podía hacer ante la limitante legal de esperar cuarenta y ocho horas para que una persona sea declarada oficialmente como desaparecida. En ese lapso de tiempo, el periódico no denunció ni publicó nada sobre su desaparición.

Cerca de cumplirse las cuarenta y ocho horas, el cuerpo de Yolanda Ordaz fue encontrado decapitado en la madrugada del 26 de julio frente a las instalaciones del periódico Imagen del Golfo y de la estación de radio MVS en Veracruz. Su cuerpo llevaba un mensaje: “También los amigos traicionan. Atentamente: Carranza”.

Juan Carlos Carranza, alias el Ñaca, había sido señalado por la Procuraduría General de Justicia de Veracruz como el principal sospecho del asesinato de sus colegas de Notiver. Esta información la dio a conocer el propio Procurador, Reynaldo Escobar, tan solo unas horas después de que se encontrara el cuerpo de Yolanda Ordaz. En esa misma comparecencia, el Procurador también afirmó que el homicidio había sido cometido por el crimen organizado y que: “este tipo de hechos deplorables nada tienen que ver con el ejercicio de la profesión de periodista” (Procuraduría General de Justicia de Veracruz, 26/07/11).

La respuesta del diario Notiver no se hizo esperar y en su editorial titulada Renuncie (27/07/11) calificó la actitud del Procurador como inaceptable, ya que sin pruebas difamó a la reportera al vincularla con el crimen organizado. Acción que, desde luego, el periódico negó: “Es ingenuo pensar y sostener que un periodista pueda ser condenado por sus relaciones con el crimen organizado ¿Para qué le puede servir un periodista a los criminales?” (Notiver 27/07/11).

La respuesta llegó de varios frentes. El primero de ellos fue el oficial, pues el propio Gobernador de Veracruz, Javier Duarte, informó que se encontró, en las pertenencias de un criminal abatido en el puerto de Veracruz, la identificación oficial de Yolanda Ordaz. Dicho operativo se efectúo el 2 de agosto, una semana después del asesinato de la reportera (Proceso 04/08/11).

El mensaje del gobierno era claro, Yolanda Ordaz estaba vinculada al crimen organizado y, por tanto, su asesinato tenía que ver con un ajuste de cuentas, como días después lo afirmaron diversos videos que circulaban en Youtube. Esta respuesta extra oficial señalaba explícitamente que sí existían vínculos de la reportera con el crimen organizado e, incluso, se aseguraba que ésta y el fallecido Miguel Ángel López Velasco estaban bajo el mando de Rolando Veytia, el Manitas, ex líder de los Zetas en Veracruz hasta el 21 de mayo de 2011, cuando fue abatido por el ejército en el municipio de Boca de Río.

En estos videos también se afirmaba que tras la muerte de Miguel Ángel López Velasco, Yolanda Ordaz asumió el rol de mediadora entre los Zetas y los medios locales. Su función era “tirar línea y pagar por su silencio”. Estos videos, sin duda, fortalecían la versión gubernamental e incluso al final de cada uno de ellos se podía leer la siguiente leyenda: “Gracias Sr. Gobernador por el esclarecimiento de tan sangrientos hechos y a las Fuerzas Armadas”.

Pese a no ser una prueba contundente, la Procuraduría de Veracruz, según dicta en el expediente 711/2011/2VR, ha decidido usar estos videos por el tipo de información “relevante” que ahí se brinda para resolver el caso; por ejemplo, en el video titulado ‘Matando Zetas’, subido el 30 de junio de 2009 (https://www.youtube.com/watch?v=GvF0zSSEXzk), tres sujetos interrogados mencionaron a Yolanda Ordaz como uno de los comunicadores veracruzanos que brindan protección a narcotraficantes.

Sin embargo, ¿son la aparición de la credencial de Yolanda Ordaz en las pertenencias de un delincuente y la mención de su nombre en un video subido por fuentes no reconocibles pruebas contundentes para condenarla? ¿Acaso no se debe investigar un homicidio independientemente de los nexos sociales que en apariencia pueda tener la víctima?

 

 

Información adicional

  • Autor/a: Darwin Franco
  • Bio autor/a: Periodista y comunicador. Profesor de la Licenciatura en Periodismo de la Universidad de Guadalajara.
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