Tú y yo coincidimos en la noche terrible

Jazmín Martínez Sánchez

Jazmín Martínez Sánchez, mexicana, fue una mujer que se dedicó, entre otras cosas, a la práctica del campismo como integrante de la organización Boy Scouts, a estudiar Ciencias de la Comunicación en ITESO, y a trabajar como reportera en Televisa Tepic. El 31 de diciembre de 2014 Jazmín y su esposo, Alejandro Ramírez Topete, decidieron viajar de Tepic a Guadalajara para visitar a sus amigos y festejar el año nuevo. Durante el viaje fueron secuestrados y días después, asesinados.

Los textos periodísticos que se han escrito sobre este terrible suceso tienen poca información y son sospechosamente similares. Es muy probable que la mayoría de los textos sean simples modificaciones del boletín de prensa emitido por la Fiscalía General de Nayarit. Ninguno de los textos periodísticos que leí explica con profundidad quién fue Jazmín, dónde creció, qué es lo que pensaba, o qué es lo que hacía. Es probable que de no haber sido reportera de Televisa, su muerte ni siquiera hubiera sido mencionada en la prensa.

La noticia sobre la muerte de Jazmín me dejó con una profunda tristeza y con una terrible sensación de vacío. Es esa tristeza que nos invade cuando sabemos de la irreversibilidad de la muerte: ya no volveré a ver y a saludar cordialmente a Jazmín. Es el vacío de leer que la prensa reporta sobre una “muerte más” en el “contexto de violencia que vive México”. Las siguientes son algunas líneas dedicadas a recuperar la individualidad de Jazmín.

Conocí a Jazmín Martínez Sánchez hacia el final del verano de 2005. En agosto ella se inscribió al curso de “Procesos informativos” que en este entonces yo impartía en la Carrera de Ciencias de la Comunicación en el ITESO. Esta materia la cursaban alumnos de los primeros semestres de la licenciatura, por lo que entonces Jazmín debió tener 18 años, 20 cuando mucho. El primer día de clases ella se presentó como una joven que había dejado Tepic para estudiar comunicación en Guadalajara.

Año y medio más tarde volví a coincidir con Jazmín. Entre enero y mayo de 2008 ella trabajó para el Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (CEPAD). En el CEPAD Jazmín cursó parte de los créditos de su Proyecto de Aplicación Profesional (el equivalente al servicio social en otras universidades). En ese entonces yo trabajaba en el CEPAD como coordinador del área de comunicación e investigación y la tarea más importante era consolidar un proyecto que apenas tenía dos años de vida. A lo largo de la primavera de 2008 Jazmín laboró como una integrante del área de comunicación social y se encargó de establecer contacto con periodistas y de crear un directorio de medios, de actualizar el blog y de hacer un monitoreo diario de las notas que se publicaban en la prensa local sobre derechos humanos. Al final de la experiencia Jazmín concluyó en su informe: “el tema de la protección a Derechos Humanos es muy noble, permite abrir una perspectiva distinta de la sociedad en la que se vive, de sus necesidades y de las relaciones humanas”.

La última vez que vi a Jazmín (o al menos así lo guardo en mi memoria), fue tiempo después de su graduación. Ella había ido al ITESO a concluir un proceso administrativo, de titulación, supongo. Ella me platicó que estaba trabajando en medios locales de Tepic y reflexionó sobre las duras condiciones laborales de los periodistas en la región.

Como parte de una comunidad de egresados de la carrera de Ciencias de la Comunicación del ITESO, de periodistas y de defensores de derechos humanos, debemos estar orgullosos de Jazmín. Ella fue una buena mujer, una excelente estudiante. Fue Boy Scout y periodista. Fue hija, alumna y amiga. Fue muchas otras cosas más, que sus familiares y amigos poco a poco irán narrando.

Como comunidad debemos exigir que se haga justicia, que paguen los responsables de su secuestro y asesinato. Como comunidad debemos exigirnos que cesen las desapariciones y asesinatos de los mexicanos y mexicanas, ya sea en San Fernando, Tamaulipas, ya sea en Ayotzinapa, Guerrero. ¡Nos faltan 42, nos falta Jazmín, nos faltan tantas y tantos!

Jazmín y Alejandro, descansen en paz.

Información adicional

  • Autor/a: Juan S. Larrosa-Fuentes
  • Bio autor/a: Autor del blog Sistema Autorreferencial

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