Gabriel Huge y los héroes de Notiver
El fotógrafo Gabriel Huge Córdova acaba de regresar al lugar de los crímenes para seguir trabajando como periodista. Decidió abandonar Veracruz en julio, después de los asesinatos de la reportera del diario Notiver, Yolanda Ordaz, y del columnista Miguel Ángel Velasco. Pero volvió. Era consciente de que tenía una cita en Samarra. La referencia a la ciudad iraquí, donde empezó la guerra civil entre suníes y chiíes en 2006, viene a cuento porque un viejo cuento sufí expresa perfectamente lo que está ocurriendo actualmente con la prensa en México. Un criado está en el mercado de Bagdad cuando se cruza con la muerte que se le queda mirando fijamente. Aterrorizado, vuelve a su casa y le cuenta lo que ha ocurrido a su señor, que le presta su caballo más veloz y le dice: “Huye a Samarra”. A continuación, el señor sale al mercado en busca de la muerte y, cuando la encuentra, le dice: “¿Por qué has asustado de esa manera a mi criado? ¿Que te ha hecho?”. A lo que la muerte responde: “No pretendí asustarle. Simplemente me sorprendió verle aquí, en Bagdad, porque tengo una cita con él esta noche en Samarra”.
Huge, conocido como el Mariachi, trabajó durante años con Yolanda Ordaz en el diario de Veracruz Notiver, cubriendo el tema más peligroso en uno de los lugares más peligrosos de la tierra, consciente de lo que le podía ocurrir. Cuando Ordaz fue secuestrada y asesinada -su cuerpo fue encontrado decapitado- se confirmó algo que siempre había sabido: que las amenazas de muerte que recibía con regularidad iban completamente en serio. El Comité para la Protección de los Periodistas, un instituto con sede en Nueva York que defiende la libertad de información y documenta los ataques contra la prensa, señala en la nota que dedica a la muerte de Huge: “Las autoridades del Estado han abierto una investigación de los asesinatos. Veracruz, que es un campo de batalla entre los Zetas y el Cártel de Sinaloa, es uno de los estados de México más peligrosos para la prensa”.
Huge fue asesinado junto otros tres colegas: su sobrino Guillermo Luna Varela, reportero de la agencia Veracruznews; el fotógrafo Esteban Rodríguez e Irasema Becerra, la novia de Luna y empleada del área de Administración del Dictamen, periódico local. Sus cadáveres descuartizados, con signos de tortura, fueron encontrados el 3 de mayo de 2012.
Luis Prados, corresponsal del diario español El País en México, relató así la noticia: “La muerte de Regina Martínez sacudió una vez más, la enésima, las consciencias de los mexicanos. Sin tiempo para reponerse, tan solo cinco días después, cuando se celebraba el Día Mundial de la Libertad de Prensa, eran hallados en un canal de aguas residuales de Veracruz los cuerpos descuartizados de tres reporteros gráficos y una empleada administrativa. Una de las víctimas, Gabriel Huge, era uno de la docena de periodistas que habían abandonado Veracruz a lo largo del verano pasado tras los asesinatos de Miguel Ángel López Velasco y Yolanda Ordaz”. Unos meses antes, a principios de enero, Luis Prados había publicado una entrada en su blog, América DF, dedicada al diario Notiver, uno de los seis periódicos de Veracruz que, a decir de Prados, se ha caracterizado por informar de la guerra contra el narco. “No recibe publicidad oficial y sobrevive como puede en la primera línea del frente contra el crimen organizado. Ya ha pagado una alta cuota de sangre”, escribió Prados. Tiene una veintena de redactores y una plantilla total de 80 trabajadores. Cada uno de sus números, cada ejemplar de papel que sale de su rotativa, es un testimonio del precio de la defensa de la libertad de expresión. Demasiados periodistas mexicanos, como Huge, tienen una cita en Samarra y sin embargo siguen defendiendo con sus vidas el principio de que una sociedad no puede ser libre sin una prensa libre.