De profesión, periodista
Le cubrió la cara todo el día y pudo haberle salvado la vida. Esa máscara de viejo carnaval, narigona y de madera rojiza, ahora yacía junto a su cuerpo salpicada de su sangre. Momentos antes de su muerte, el alcalde de Huayacocotla, Mario Jorge Pérez Martínez, le retiró la máscara de la cara para señalarlo frente a todo el pueblo: “¡Aquí tenemos a Luis Daniel Méndez, nuestro amigo de La Poderosa!”, recalcó: "Él es Luis Daniel Méndez".
La noche del 23 de febrero del 2009 celebraban la fiesta del Carnaval que año tras año se realiza en el Municipio de Huayacocotla en la Huasteca Veracruzana. Los amigos de Luis Daniel cuentan como a la tarde, después de bailar, subió al estrado para que el alcalde halagara el traje que preparó por meses su mujer, bajó del estrado y compartió unos minutos más en la celebración, antes de regresar a casa para cambiarse.
Luis Daniel charló con su esposa sobre el éxito que había tenido el capote y la máscara que llevaba. Ella le recordó la promesa del día siguiente: llevaría a su hijo Jesús Daniel, de 16 meses de edad, a la feria al otro día. Los besó a los dos y regresó a la fiesta.
Pasadas las 10h de la noche se despidió de los amigos y se dirigió hacia la salida cruzando el Club Social Barrio Los Pinos, conocido como el salón del pueblo. Casi llegando a la puerta, un grupo de cuatro hombres comenzaron una riña, Luis Daniel se abrió paso y siguió su camino. A traición, Alejandro Rodríguez Hernández, de 34 años de edad, apuntó un revolver Smith & Weston Mágnum 357 y soltó el primer disparo directo hacia la espalda del periodista. Luis Daniel se tambaleó y alcanzando el portón del salón recibió el segundo disparo y fue fulminante, se impactó en el lóbulo de la oreja izquierda, desgarro la región molar y estalló en el ojo derecho. Siguieron tres disparos, uno sobre el hombro derecho, otro en el riñón izquierdo, uno más contra Fernando Felipe Fernández, alias el Listo, un chico de 14 años que orinaba afuera del salón.
En medio de la calle Niño Perdido del municipio que lo vio nacer, la suerte estaba echada y a Luis Daniel ya nadie pudo ayudarlo. Quedó tendido boca abajo mientras Felipe Tolentino, uno de los parroquianos del lugar, tomaba la cabeza ensangrentada de quien en vida era el encargado del área de prensa de la Comisión Estatal de Arbitraje Médico, combinando dicha labor con la de reportero de la fuente legislativa y política en la estación de radio La Poderosa de Tuxpan del grupo Radiorama en Veracruz.
Según la versión oficial, el periodista intervino en una riña que le costó la vida por tratar de calmar los ánimos, siendo ultimado a balazos. El Procurador General de Justicia, Salvador Mikel Rivera, descartó que el asesinato haya tenido que ver con la actividad profesional de Luis Daniel. Para afirmar esto, la Procuraduría General de Justicia del Estado de Veracruz omitió las amenazas recibidas en el 2007 por parte de Martín Monroy, alcalde en turno, y su sucesor Mario Jorge Pérez, quienes le advirtieron que lo matarían “por ponerse con los perros grandes” cuando él tan sólo era una “cría” en aspiraciones políticas. Luis Daniel Méndez quería convertirse en alcalde y a su corta edad era bien aceptado en el pueblo, lo que lo ponía en ventaja.
Según Teresa Benítez, la esposa del locutor, tampoco fue tomada en cuenta la visita que en junio del 2008 le hicieron tres hermanos del Presidente Municipal, Armando Pérez Martínez, cuando en la esquina de la calle en donde se encontraba el negocio familiar de los Méndez Benítez le reclamaron sobre los temas que tocaba en sus reportes diarios desde el Congreso del Estado y durante una hora trataron de intimidarlo recordándole lo que le podía pasar si continuaba con dichos informes. “Ellos pensaron que era personal”, afirma Teresa.
Las inconsistencias en las declaraciones de los tres implicados en la supuesta riña callejera, terminaron por deslindarlos del homicidio el 25 de febrero del 2009. El autor material del crimen, Alejandro Rodríguez, se encuentra prófugo. Y la Comisión Estatal para la Defensa de los Periodistas determinó que el caso está oficialmente resuelto después de emitir un comunicado en donde se asegura que el asesinato del comunicador es una acción ajena al libre ejercicio del periodismo.
Durante la investigación judicial se quedaron muchos cabos sueltos, ya que nunca se pidió la declaración del alcalde o de sus hermanos por las evidentes amenazas ejercidas contra Luis Daniel. Tampoco se aclaró la razón por la que el alcalde Mario Jorge Pérez conocía el paradero del arma homicida. En las primeras investigaciones, nunca nadie lo cuestionó.
Aquella noche Luis Daniel Méndez estuvo expuesto de muchas maneras. Fue invitado a la fiesta del carnaval, fue señalado por el alcalde y muerto a tiros por uno de sus cercanos. Tenía 24 años.