Adolfo Lucero Murillo, un periodista incansable.
Transcurrido el año 2014 la capital del estado de Baja California Sur sufrió un cambio repentino; de ser La Paz una ciudad tranquila, sin muchos hechos delictivos que denunciar pasó se volvió un sitio intranquilo. El miedo empezó a sentirse en la calles, la delincuencia mostró la realidad más cruda que nunca antes se había visto en la ciudad capital.
Radiodifusoras, televisoras, periódicos y demás medios de comunicación iniciaron las jornadas más complicadas y peligrosas a las que los periodistas, camarógrafos, columnistas y cronistas sudcalifornianos nunca se habían enfrentado.
Adolfo Lucero Murillo, camarógrafo y editor de la televisora Canal 10 Televisión La Paz, vio finalizado su trabajo y sus deseos de informar en pleno ejercicio de su labor como camarógrafo y periodista.
Inició su carrera en Canal 10 en el año de 1986 como camarógrafo, continuó en la empresa Sudcaliforniana hasta 1993, año en que decidió retirarse por un momento para regresar en el 2003 y llevar a cabo un trabajo periodístico excepcional hasta la fecha de su muerte; 28 de mayo del 2015.
Siempre sonriente, bromista y con un espíritu informador admirable, así era Adolfo, siempre demostró una fuerza y voluntad para cubrir la información que ningún otro periodista poseía, como el mejor reportero siempre estuvo en el mejor momento para llevar sus imágenes y sus reportajes a los televidentes después de haber realizado una ardua labor y hasta estar satisfecho con su trabajo; pero tristemente su trabajo impecable lo llevó a ser el primer periodista sudcaliforniano en morir a causa del crimen en el estado.
El jueves 28 de mayo del 2015, a las 17:45 horas, policías y soldados de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) interceptaron a una camioneta blanca en la colonia Villas del Encanto, esto en las inmediaciones de la ciudad capital y en donde ya se habían llevado a cabo otras investigaciones relacionadas al crimen organizado; el vehículo hizo caso omiso a la advertencia de los elementos de seguridad y en cambio lanzaron una granada de fragmentación. Así inició el enfrentamiento y persecución que terminó 40 minutos después. Al percatarse de la intensa movilización, los reporteros de la fuente policíaca llegaron al lugar para conseguir la información, entre ellos, Adolfo Lucero Murillo, quien unos minutos después de su llegada manifestó a sus compañeros que se sentía mal.
A pesar de que su muerte no fue provocada por las balas del fuego cruzado entre policías y criminales, según dicen sus compañeros de prensa, éste falleció de un paro cardíaco a consecuencia del terror que lo invadió al encontrarse ante aquella situación, nunca antes vivida en toda su carrera.
Hasta la fecha no se ha sabido de otro periodista muerto a consecuencia de la ola de la violencia en la ciudad, pero el gremio periodístico continúa siendo amenazado por los integrantes de los cárteles que se disputan las plazas en Baja California Sur.