Este proyecto fue primero una voluntad común contra el olvido y la impunidad, luego un libro y ahora esta página que guarda memoria de los periodistas y trabajadores de la información asesinados y desaparecidos en México desde el 2 de julio de 2000, cuando inició la alternancia democrática, hasta el día de hoy.

El libro, que editamos en 2012 y que guardaba las 127 hojas de vida de los periodistas y trabajadores de la información asesinados o desaparecidos durante las dos primeras legislaturas de la alternancia democrática, no está a la venta. Nunca lo estuvo. Sólo fue posible adquirirlo en la página que Goteo.org nos abrió para hacer una campaña de crowfunding que nos permitiera hacerlo. Las donaciones y la colaboración editorial y logística de la UdeG, sirvieron finalmente para hacer 1500 ejemplares que regalamos en el VIII Encuentro Internacional de Periodistas: Los otros caminos de la información, que se celebró en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2012, donde lo presentamos.

Aunque en este espacio virtual, aquel proyecto, lamentablemente sigue creciendo.

Siéntanse libres de difundir este trabajo para hablar de los riesgos que corren los periodistas de México y la situación que atraviesa el país. Éste es un proyecto creado con la filosofía Open Source que otorga implícitamente permiso para reproducir, distribuir y compartir el material publicado en esta web con la única condición de citar su procedencia, en atención a los autores y al conjunto del trabajo realizado. 

 

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JORGE RÁBAGO VALDEZ

 

 

Jorge Rábago: la muerte incierta

 

El reportero y columnista del diario La Prensa, Jorge Rábago Valdez, falleció el 2 de marzo de 2010 en un hospital de Reynosa, Tamaulipas. Las causas de su muerte aún no han sido aclaradas. La información oficial afirma que murió de causas naturales. Las investigaciones alternas apuntan a que sus secuestradores lo torturaron hasta morir.

Con 49 años de edad y veinticinco de trayectoria periodística, Rábago se desempeñaba como comentarista radiofónico y colaboraba con los periódicos digitales Circo Urbano y Reporteros en la Red, donde publicaba su columna Sin límites.

Con cierto prestigio y estimación entre la comunidad periodística de Tamaulipas, que lo catalogaba como “un buen compañero de trabajo”, era conocido por “su particular estilo de escribir y de señalar yerros” y por “defender la libertad y los principios”, según palabras en los obituarios de algunos de sus colegas.

Días antes de su muerte, Rábago Valdez escribía notas sobre la designación de candidatos municipales y a gobernador, además de temas diversos en sus colaboraciones en Reporteros en la Red y de hacer análisis político en el programa de radio Reporteros en la Mesa, de Radio Red.

Su deceso originó dos versiones polémicas. Una, la más difundida y aceptada incluso por muchos de sus compañeros comunicadores, es que Rábago Valdez falleció a causa de complicaciones por un coma diabético, que lo mantuvieron internado desde el 22 de febrero de 2010, primero en el Hospital General de Reynosa a donde fue llevado para recibir los primeros auxilios y luego en el nosocomio Christus Muguerza, a donde fue llevado por sus familiares.

De acuerdo con la información proporcionada por la Procuraduría de Justicia de Tamaulipas a la Relatoría especial para la Libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la autopsia estableció que la causa fue un “shock hipovolémico” por una pérdida de líquidos corporales.

La dependencia estatal informó que el periodista “se desmayó en plena calle” a causa de una embolia y un coma diabético y se golpeó al caer, para luego ser trasladado al hospital “en calidad de desconocido” según informaron el Comité para la Protección de Periodistas y el semanario Zeta.

Algunos colegas, amigos y familiares se limitaron a contar la versión oficial, quizás por autocensura y miedo a las conocidas represalias a quien ofrece datos, a quien quiere decir la verdad, a quien se atreve a aceptar la realidad del oficio periodístico en México, que ha sido catalogado por diversos organismos internacionales como el país más peligroso para ejercer esta profesión.

Unos pocos cuestionaron la versión oficial e informaron que Rábago Valdez fue secuestrado antes de su muerte como sucedió con otros siete periodistas de Reynosa, entre el 18 de febrero y 3 de marzo de ese año. Dos de ellos fueron liberados y cinco permanecieron desaparecidos varias semanas, según la Sociedad Interamericana de Prensa.

De acuerdo con diversas organizaciones civiles el periodista habría sido levantado el 19 de febrero al salir de una fiesta, liberado días después por sus captores y hospitalizado con huellas de tortura y en estado de coma, tras ser “salvajemente golpeado” y amordazado.

De acuerdo con Comité para la Protección de los Periodistas “la policía se había llevado a Rábago antes de su muerte” mientras que la SIP destacó que “fue abandonado el 1 de marzo en una carretera de Matamoros”.

La Procuraduría negó que Rábago hubiera sido golpeado, mientras que algunos medios locales consignaron que sus familiares, que residen en Tampico, lo habían buscado durante días.

No obstante, el 11 de marzo de 2010 la Procuraduría de Justicia de la República inició averiguación previa por el delito de secuestro, mientras que la estatal inició otra por privación ilegal de la libertad y otras garantías, así como por homicidio.

Pese a los indicios de un posible homicidio, la fiscalía estatal cerró finalmente todo el expediente de Rábago Valdez.

Información adicional

  • Autor/a: Mariana González
  • Bio autor/a: Corresponsal a tiempo parcial de la Agencia Efe en Guadalajara, Jalisco.

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