El crimen organizado avienta las granadas, pero todos somos culpables, lo que vive México no es accidental, es una cosecha que viene de años atrás que sea fertilizado mediante la corrupción, el miedo, la indiferencia, la ignorancia, el egoísmo. Recuerdo como hace poco un amigo comentaba en facebook “hay un sujeto golpeando a una mujer a fuera de mi casa ¿Qué hago?” una respuesta fue completamente reveladora “no hagas nada wey, no te metas en asuntos de otras personas” No es un respuesta al azar la que dio el joven, es un ideología cimentada en millones de mexicanos, “sálvese quien pueda” es la máxima de una nación al borde del precipicio. Ahora probablemente se hablara de mayor militarización, se pondrá en énfasis la aprobación de la ley de seguridad nacional, ¡pero no requerimos más leyes! Requerimos individuos maduros, una sociedad adulta que se responsabilice por sus acciones.
A mí la verdad ya me da igual si renuncia Calderón o si cambia de gabinete o si regresa el PRI a la presidencia, todo eso ya es completamente irrelevante, la ineptitud es institucional, basta de paternalismos estatales y volquémonos en un cambio cultural, una transformación de los sujetos. Si sale cualquier gobernante por su ineptitud, que sea una consecuencia y no un fin, que la meta sea un cambio cognoscitivo y no solo una casa brujas, que renazca de nuevo la colectividad, la autogestión, la idea de comunidad, dejar de ser mexicanos y convertirnos en personas, cambiemos el discurso, volvámonos radicales exigiendo y proponiendo otro sistema civilizatorio, porque es ese modelo el que está en crisis, y el que nos tiene como nos tiene, laissez faire terrorista.
Por Internet circulan dos propuestas, la de un paro nacional y la de no asistir el 15 de septiembre a los festejos de eso que algunos conocen como la lucha de independencia, creo que son actividades simbólicas de mucho peso, claro, mientras estas sigan siendo propuestas espontaneas y no sean cooptadas por ningún mesías bananero, es importante que se mantengan descentralizadas ya que es en esa medida en la que una actividad se vuelve realmente agresiva contra el discurso canónico de los liderazgos y el pueblo infante que necesita de su pastor.
Por último no quiero caer en la estupidez de aseverar que esto pasa por la decidía de algunas personas, porque son unos poquitos los que hacen cosas y los de más se la pasan de huevones y apáticos no más porque sí, ese esencialismo pretensioso de que la gente escoge sus circunstancias, hay que reconocer la multiplicidad de situaciones de quienes habitamos en este país, por lo que la imposición y el liderazgo son simples reformismos del sistema autoritario en el que vivimos, lo que necesitamos es contagiar la rabia, el enojo, lo que necesitamos es mostrar que a la gente a pesar de todo, aún le importa el otro, es por eso que necesitamos la espontaneidad, es dejar de ver en los muertos estadísticas y comenzar a verlos como seres humanos. Hay quienes son más responsables que otros, hay quienes son dueños de medios de comunicación, gobernadores, ministros religiosos, empresarios y presidentes que sin duda son más responsables, que deberán de pagar por sus negligencias, que aunque no aprieten el gatillo, su irresponsabilidad y su actuar a terminado con la vida de miles de seres humanos, a un medico se le castiga cuando comete errores ya sea por impericia o por dolo, debe pasar lo mismo con quienes hoy ostentan las cúpulas que gobiernan, ya sean agentes privados o públicos, pero sin embargo si queremos una transformación real, falta más que eso, falta un cambio en la forma en la que nos entendemos, nos relacionamos, soñamos y vivimos.