El 19 de marzo de 2010 el Ejercito Mexicano asesinó a dos estudiantes de excelencia en las puertas del Tec de Monterrey: Javier Francisco Arredondo Verdugo y Jorge Antonio Mercado Alonso. A 6 años de este crimen sólo una persona, de ocho, fue acusada de alterar la escena del crimen y está libre, el resto de los militares de la unidad responsable simplemente están como “testigos” en la investigación ¿Es el ejército intocable? Es posible que sí, el responsable en 2010 de la séptima zona militar, donde está incluido Nuevo León, era el Gral. Cuauhtémoc Antúnez y él es hoy el Secretario de Seguridad Pública de Jaime Rodríguez Calderón, vaya, ni siquiera el Gral. Antúnez ha sido llamado a dar cuentas de su responsabilidad por los asesinatos de febrero pasado en el penal del Topo Chico, ya sabemos cómo camina la justicia en este país cuando los responsables son juez y parte. Este jueves 17 se realizarán actividades para recordar a Jorge y Javier en el Tec de Monterrey, actividades impulsadas por el convencimiento de un puñado de estudiantes y activistas de que Jorge y Javier tienen derecho a la justicia, a la reparación del daño y sobre todo a la memoria y que toda la sociedad del país tenemos derecho a la No Repetición de estas atrocidades. El mismo ejército que comandaba el Gral. Antúnez asesino al joven Jorge Otilio Cantú en 2011 y por este crimen ya fueron sentenciados a 22 años de cárcel 5 militares, la Marina ha puesto a disposición de jueces federales a 5 miembros por haber desaparecido a Jorge del Bosque en Anáhuac NL ¿Por qué a Jorge y Javier se les obstaculiza el acceso a la justicia? Simplemente porque alguien decidió que ese crimen quedaría impune. Lo peor de esto es que la mayoría de la población no se acuerda o no se quiere acordar, como en el caso de la corrupción se vuelve cómplice de quienes asesinaron en nombre de la Guerra contra el Narcotráfico, los grandes empresarios palomean a los responsables de seguridad sin importar estos antecedentes o tal vez tomándolos en cuenta para garantizar mano dura, así, tampoco serían castigados el Coronel San Miguel en Guadalupe por la desaparición y muerte de Eustacio Sorola o el Gral. Hermelindo Lara por la protección que brindó a sus policías cuando fueron acusados de desaparición. La impunidad puede terminar cuando todas y todos lancemos un honesto ¡Ya basta! Acompañemos las actividades a las 5 pm en la puerta de Garza Sada y Luis Elizondo y no permitamos que los crímenes de la guerra irregular en México queden impunes. No lo merecemos. Pudimos, y todavía podemos, haber sido nosotros los que ya no estuviéramos hoy con nuestras familias.
